La espiralización consiste en la concentración de las raíces en una porción excesivamente pequeña de volumen de terreno, con lo que el árbol tiene una sujeción mucho menor de lo esperable y necesario. Este tipo de árboles representan más del 50% de los árboles urbanos.
Y de algunos parques que han sufrido reformas.
Sobre todo el problema reside en que los árboles no han podido extender sus raíces adecuadamente para sujetar su peso. Este peso se aumenta cuando los árboles son balanceados por el fuerte viento y no han podido evitar caerse. Siendo por ello una gran pérdida, pues son ejemplares de gran tamaño y enorme belleza.
Todo esto se podría evitar, estudiando las raíces de estos árboles y buscando soluciones que puedan prevenir las caídas. Actualmente en la capital navarra se están empezando a observar e investigar la espiralización de ejemplares de gran tamaño en avenidas y parques reformados.